Publicado en Cursos / Crecimiento Espiritual/Vida Cristiana / — Carlos / 2013-12-01 19:07:57 / 4416

Lección 1: Pedir y Recibir, Un Principio de la Oración

¿Por qué no recibimos milagros, bendiciones, orientación y el enorme abanico de beneficios que nos corresponden como hijos de Dios? La respuesta es sencilla: porque no oramos a Dios. No nos acercamos a Él para pedirle, y quien no pide, no recibe tal como enseñó nuestro amado Salvador Jesucristo: “Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá. 10Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.” (Lucas 11: 9, 10)

Pedir y recibir, la ruta que debemos seguir para movernos en la dimensión sobrenatural del Señor. Cuando tenemos claro este aspecto, no podemos explicarnos porque tantas y tantas personas que podrían ver resuelta su situación personal, espiritual y material, siguen sumidos en la ruina y el fracaso cuando bastaría que volvieran su mirada al Señor y le pidieran.

Imagine por un instante que usted se aloja en un buen hotel. Pero al llegar a la ciudad, comprueba que sólo tiene el dinero necesario para pagar el costo del alojamiento. ¡Algo ocurrió y está sin dinero! Así es que –por los siguientes tres días—se dispone a aguantar hambre porque no tiene más.

Al final de su estadía que ha resultado desastrosa, el empleado del hotel le dice: “Extrañé que no vino a tomar sus alimentos. Ni desayuno, ni almuerzo ni cena, ¿qué pasó?.” Usted se le queda mirando y algo incrédulo le pregunta: “¿Acaso tenía derecho a todo eso?‖. Y el hombre le responde: ―Por supuesto, así lo dice el contrato. ¿No lo leyó acaso?”.

Igual con la vida cristiana. Las Escrituras dicen que si pedimos, recibimos. La decisión de seguir como hasta ahora es nada más que nuestra, porque podríamos recibir las enormes bendiciones que el Señor nos tiene reservadas. Basta que le pidamos.

Dios responde a nuestras oraciones

Si hay algo maravilloso en nuestra vida de cristianos, es saber que Dios responde a nuestras oraciones. Basta que echemos una mirada a las Escrituras para comprobarlo. Simplemente, asumir esas bendiciones que se derivan de pedir y recibir.

En un momento de crisis para Israel, Dios utilizó al profeta Jeremías para transmitirles ese mensaje. Les dijo: “Mientras Jeremías aún estaba detenido en el patio de la guardia, el Señor le dio un segundo mensaje: «Esto dice el Señor, el Señor que hizo la tierra, que la formó y la estableció, cuyo nombre es el Señor: pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir.” (Jeremías 33:3. NTV)

Por favor, lea el texto de nuevo. Dios promete que si le pedimos, responderá e incluso va más allá: nos mostrará aquello que nos resulta imposible de ver a primera vista.

Quizá su hogar está en crisis. Lo ha intentado todo, pero nada resulta: ni la conciliación, ni el diálogo y menos, procurar ignorar la situación. O quizá son sus hijos: tiene dificultades sin resolver con ellos. Si se lo pide, Dios le mostrará lo que en verdad está ocurriendo y cuál es el camino que debe seguir. Él es un Dios que nos ama y responde a nuestras oraciones. Tenga presente que Él es un Dios de poder.

En medio de las pruebas, Dios nos enseña

El trato de Dios es muy especial. Él sabe cómo pulirnos. Conoce qué áreas deben ser modiciadas. Él sabe cómo, cuándo y de qué manera obrar en nuestro ser.

El profeta Zacarías habló al pueblo de Israel cuando un buen número de ellos estaban sufriendo las consecuencias de la incredulidad y la rebeldía.

Contrario a lo que pudiera pensarse, el mensaje resultó alentador para ellos: “A este último grupo lo pasaré por el fuego y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé. Les diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.” (Zacarías 13:9. NTV)

Como Dios nos ama, a través de la aparente espera trata con nuestra vida, y nos enseña a desarrollar confianza y perseverancia. Dos principios fundamentales si queremos movernos en la dimensión sobrenatural de Dios.

Parte 1 Parte 2

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Tabla de Contenido:

Curso: A Orar Se Aprende Orando

Introducción: A Orar Se Aprende Orando

Lección 1: Pedir y Recibir, Un Principio de la Oración

Lección 2: La Oración: Entrada a la Dimensión Sobrenatural de Dios

Lección 3: ¿Cómo Enfrentar las Crisis? Sométalas en Manos de Dios

Lección 4: ¿Tienen Sus Oraciones Autoridad de Dios?

Lección 5: ¿Cómo y Por Qué Pedir en el Nombre del Señor Jesús?

Lección 6: Seis Pasos Para Que lo Imposible Se Haga Posible Con Oración

Lección 7: ¿Qué Papel Juega la Oración en los Milagros?

Lección 8: La Oración Enfrenta Enemigos

Lección 9: Cruzando las Fronteras de la Fe

Lección 10: Perseverar en Oración, Clave Para los Milagros

Lección 11: El Ayuno y la Oración, Dos Disciplinas Espirituales en la Búsqueda de Dios

Lección 12: Oraciones Elevadas, Respuestas Recibidas

Lección 13: Defina Una Disciplina de Oración Diaria

Lección 14: Acepte las Cargas de Oración Para Transformar Vidas y Circunstancias

Conclusión: ¡Es Tiempo de Orar!

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