Lección 1: EL MISTERIO DIOS-HOMBRE
“...el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8).
Un misterio insondable: Dios y hombre ensamblados en un solo ser. Jesús, Hijo de Dios, e Hijo del hombre, es el objetivo que da lugar a este enigma, inexplicable para nuestro raciocinio humano. Pero, aunque nuestra mente no logra desmenuzarlo y asimilarlo con total claridad, nuestros corazones y espíritus lo abrazan, y absorben las bendiciones que fluyen del mismo.
¿Cómo es que Dios tomó forma y naturaleza de hombre? ¿Qué razones le impulsaron a unir dos naturalezas tan diferentes, por un lado una perfecta e infinita, y en oposición, una imperfecta y limitada?
Y..., ¿cómo se explica la coexistencia armónica de ambas naturalezas, concretadas en un solo ser?
A medida que transitemos por los temas de esta lección, iremos aclarando las dudas que se presentan al abordar este asunto trascendental.
Permita que el Espíritu de Dios añada a cada explicación la iluminación necesaria, para que, además de nuestra mente, el corazón y el espíritu sean saciados con los conocimientos brindados por Dios en su Palabra.
BOSQUEJO DE LA LECCION
Tema 1. Naturaleza de la encarnación.
Tema 2. Razones que motivaron a Dios para hacerse hombre.
Tema 3. Razones que motivaron a Dios para hacerse hombre (continuación).
Tema 4. Perfecta deidad de Jesús.
Tema 5. Perfecta humanidad de Jesús.
OBJETIVOS DE LA LECCION
1. Apreciar el modo milagroso e inesperado en que se produjo la encarnación del Hijo de Dios.
2. Comprender cuáles fueron los motivos que movieron la voluntad de Dios para conciliar las naturalezas divina y humana.
3. Conocer de qué modo Jesús asumió la deidad y qué lugar ocupó ésta durante su vida terrena.
4. Comprender la realidad de su dependencia absoluta con el Padre celestial y la dirección del Espíritu Santo en obediencia.
5. Entender que los ejemplos de la vida de Jesús nos señalan el camino que debemos transitar.