Situación Familiar en Crisis
Puede que su situación familiar se encuentre en un punto de crisis. Siente que camina en un laberinto sin salida. Quizá ha pensado en separarse. ¿Está dispuesto a luchar por su familia? Con fe, disposición a cambiar y una actitud de perseverancia podremos lograrlo...
(2: Continuación)
Dios utilizó un incidente, en apariencia trivial, para tocar el corazón de una persona. Él y nadie más que Él puede hacerlo porque Su poder es ilimitado y cumple la promesa bíblica que leemos en el profeta Ezequiel: “Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.” (Ezequiel 36:27. NTV)
Pero las sorpresas no paraban ahí. Escuchó de labios de Roberto lo que jamás imaginó: “Muchas cosas van a cambiar en casa… Incluso, desde el domingo próximo iremos a la iglesia. Ya va siendo hora que le enseñemos a nuestros hijos a amar a Dios.”
Ese fue el comienzo de una nueva relación en casa de Laura. Poco a poco los cambios en su esposo, evidenciaban que era un hombre nuevo, y que estaba dispuesto a seguir avanzando.
Una historia real que nos lleva a reflexionar en varios elementos: El primero, que jamás es tarde para emprender el cambio; el segundo, que si estamos orando por nuestro cónyuge, Dios puede tocar su corazón; el tercero, que Dios puede utilizar cualquier incidente —por trivial que parezca— para tocar el corazón de una persona y llevarlo a una transformación definitiva y en cuarto lugar, que si retomamos el liderazgo familiar, todo puede cambiar en nuestro entorno.
El autor y conferenicta internacional, Alex Kendrick, hace una anotación valiosa que comparto con usted: “Un hombre debe permitir que la verdad, el amor y la sabia disciplina sean los ingredientes constantes de su paternidad. Debe sustentar con cuidado a su esposa, a sus hijos y su propia actitud para que el matrimonio y la próxima generación puedan crecer y desarrollarse en su hogar…” (Alex y Stephen Kendrick. “La resolución para hombres”. B&H editores. 2013. EE.UU. Pg. 21)
Como aprenderemos a continuación, el proceso de cambio en toda persona es posible y de la mano con ese proceso de cambio, nuestra familia experimenta crecimiento porque en todo el proceso no estamos solos. Dios está con nosotros.
Brinde a su familia tiempo de calidad
Cuando el abogado, muy reconocido en nuestra ciudad, pidió encontrarse conmigo, la situación era irreversible. Era un hombre muy capaz en su profesión, pero ejercer el derecho, litigar en los juzgados y resolver los conflictos de los demás, desencadenó una crisis en su propio hogar hasta que la esposa se fue con los hijos.
La historia fue lamentable porque ella decidió nunca más volver más a su lado. Resultaron infructuosos todos los esfuerzos.
“¿Qué hice mal?”, me preguntó el hombre, procurando encontrar el origen de sus quebrantos emocionales. Revisamos su vida paso a paso y coincidió conmigo que dedicar más tiempo a su trabajo que a la familia, terminó por resquebrajar la relación.
Para terminar esta historia le contaré que volvió a restaurar su vida, con un segundo matrimonio. Solo que esta vez en otras condiciones. Entendió que el hogar es fundamental en nuestra vida y que dedicarnos al trabajo puede resultar contraproducente.
El autor y conferencista, Alex Kendrick, enseña: “Necesitamos hombres que se nieguen a sacrificar a su familia a costa de un ascenso en el trabajo. Hombres que no permitan que el esparcimiento consuma su tiempo e insensibilice su conciencia; que se manifiesten en contra de las leyes y de las filosofías que destruyen la familia. Hombres que perdonen a sus padres, que rompan las cadenas del pasado y establezcan nuevos principios....” (Alex y Stephen Kendrick. “La resolución para hombres”. B&H editores. 2013. EE.UU. Pg. 21)