Recuperando el Terreno Cedido
2 Corintios 2:11 dice: “Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues, no ignoremos sus maquinaciones”.
Todos los creyentes estamos involucrados en una auténtica guerra espiritual. Efesios 6;12 dice que no tenemos guerra contra personas, “sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en los aires”. La guera espiritual no sólo es una realidad bíblica, sino que tenemos un enemigo que combate contínuamente contra nosotros los cristianos, para recuperar el dominio de nuestra alma.
Antes que nada, quiero hacerle una pregunta: Quién está ganado la batalla en su vida? O mejor dicho: Quién está controlando las decisiones de su conducta? La respuesta a estas preguntas podrá ayudarle a encontrar las razones de las perturbaciones u opresiones que pueda estar sufriendo; o las inesperadas adversidades que puedan sorprenderle. Y esto no ocurre porque usted no tenga poder de Dios como creyente, o porque le falten recursos espirituales para lograr vencerlos. Lo que puede ocurrir es que quizás no ha tomado muy en serio al enemigo de nuestras almas, o que haya menospreciado el poder de sus destructivas obras. El principal problema radica, en que, si no reconocemos sus ataques, nunca podremos resistirlo como dice la Biblia que debemos hacerlo. En 2 Corintios 2:11 dice: “Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues, no ignoremos sus maquinaciones”. Si ignoramos la forma en que trabaja el enemigo podremos ser fácil presa de sus maquinaciones. Cualquier creyente desprevenido puede ser influído y oprimido por el “dios de este mundo”. Esto podrá ocurrir, si en lugar de resisitirlo, lo ignoramos.
Veamos lo que dice la Biblia respecto a la actitud que debemos tener los creyentes frente a las maquinaciones y ataques del diablo:
- Para permanecer firmes frente a los ataques debemos ponernos toda la armadura de Dios cada día, y cuidar que cada componente este en perfectas condicones para la batalla. (Efesios 6:10).
- Debemos llevar todo pensamiento que se genere en nuestra mente en cautividad a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5).
- Debemos resisitir al diablo. Aquí es donde muchos creyentes fallan, porque tratan de resistir a la tentación. Entonces comienzan a hacer ayunos, hacen vigilias de oración, aprenden versículos bíblicos de memoria; pero pese a todos los esfuerzos son vencidos por la tentación. El motivo es que en lugar de resisitir al autor de la tentación, luchan contra ella, y lo que ocurre es que la tentación los vence. La Biblia dice con claridad que al que tenemos que resisitir es al diablo, y como resultado de esa resistencia: huirá de nosotros ( Santiago 4:7).
Las Escrituras, en Efesios 4:27, después de advertirnos de que nunca debemos dejarnos dominar por ningún tipo de enojo, y mucho menos retenerlo por mucho tiempo. Inmediatamente Pablo nos advierte diciendo: “ni déis lugar al diablo”. Pero: Qué signifca esto? Darle lugar a Satanás signifca ceder algún área de nuestra vida para que el enemigo construya una fortaleza de poder. Todos conocemos algún área de debilidad en nuestra vida, y esa área es que la que tiene mayor predisposición para pecar. Sino nos afirmamos y fortalecemos en esa área de debilidad, el diablo, tarde o temprano, tratará de convertirla en un medio para controlar nuestra vida. Por esto la Biblia nos exhorta a resisitir; si no lo hacemos, llegara el “día malo” en que cederemos a la tentación. Esto confirma la debilidad de la carne, y algunos creyentes lo usan de excusa para esconder sus pecados. Pero hay un grave problema, y es que cuando el pecado es consumado y se esconde, se abren las puertas para que el diablo y sus poderes demoníacos empiecen a ejercer su control. Una vez más: es IMPORTANTÍSIMO reconocer la naturaleza sobrenatural de la tentación para estar preparados para resisitir al que la promueve.