La Voluntad de Dios Para Nuestras Vidas
En el tema de la voluntad de Dios, existe en el ambiente cristiano, conceptos equivocados que pueden conducirnos por caminos equivocados.
Hablar sobre el tema de la voluntad de Dios pareciera ser uno de los temas más conflictivos para la vida del cristiano en general. Hablamos con otros acerca de hacer la voluntad de Dios, nos preguntamos a nosotros mismos si hemos hecho o estamos haciendo la voluntad de Dios. Otras veces nos confundimos y dudamos si estamos realmente haciendo la voluntad de Dios.
En cada nuevo tiempo que empieza, creo que es necesario volver a meditar sobre este tema, para poder alinearnos correctamente en el cauce de Dios en los tiempos que vienen.
Para comenzar podemos decir que la mayoría de los creyentes tenemos una “idea convencional’ sobre lo que es la voluntad de Dios: Pensamos en “descubrir cuál es el plan de Dios para mi vida"; lo asociamos con tomar decisiones correctas, y creemos que eso originará un efecto o consecuencia (buena o mala).
También, la mayoría de los cristianos deseosos de hacer la perfecta voluntad de Dios, buscamos maneras de encontrar esa santa voluntad, por medio de lo que dice la Palabra de Dios, los consejos sabios de hombres y mujeres maduros en la fe, señales confirmatorias externas y lo que nos dice nuestro ser interior.
Para ser sinceros, muchas veces a pesar de tomar todos los recaudos y utilizar los medios aprendidos en nuestros años de creyentes, la duda siempre está latente en nuestro interior. Pareciera como que siempre hubiera una inquietud interior que nos hace preguntar: - ¿Estoy haciendo correcto? ¿Habré tomado la correcta actitud? -
Creo que en este tiempo de nuestras vidas se hace conveniente que reflexionemos acerca de la manera en que hemos venido interpretando hasta hoy todo lo referido a la voluntad de Dios. Creo que el Espíritu Santo nos está llevando otra vez a que pensemos sobre la voluntad de Dios, para recibir nuevas perspectivas fundamentales bendecidas.
Muchos cristianos sinceros al pensar en hacer la voluntad de Dios, generalmente lo asocian con algo hacia el futuro, con decisiones importantes a tomar, como ser, elegir el compañero para casarnos, elegir una carrera, mudarnos a otra ciudad o país, servir a Dios en un nuevo ministerio, etc.
Pareciera que al tratar el tema de la voluntad de Dios pensamos más en lo que podemos HACER que en la CALIDAD DE VIDA (ser) que podemos llevar. Por dondequiera que nos movamos y/o cualquier cosa que hagamos o emprendamos, sería bueno preguntarnos: ¿Estas decisiones que estoy por tomar o lo que voy a hacer, me ayudarán a desarrollar la calidad de mi carácter (el fruto del Espíritu), la profundidad de mis convicciones, o principios cristianos, y mi competencia o desarrollo personal?
Pensar de esta manera quizás pueda darnos la perspectiva correcta de lo que es hacer la voluntad de Dios. ¿Es posible poder aplicar los principios del Reino de Dios en cualquier área de la vida, ya sea que seamos carpinteros, maestros, ministros o empleados en alguna oficina? La respuesta es obvia; ¡Por supuesto que sí!. Existen dos palabras correctas para entender este punto: “Importante” e “indispensable”.
Lo “importante” se refiere a lo que uno puede hacer (ser carpintero, maestro, pastor, etc.), lo “indispensable” se refiere más a la calidad de vida, por ejemplo, como ser un buen esposo, un trabajador honrado y esforzado, un creyente disciplinado, un pastor integro, entre tantas otras cosas.
Al pensar en hacer la voluntad de Dios, ¿No sería conveniente pensar que lo que escogemos ser y vivir creará una trayectoria para cualquier cosa que hagamos o emprendamos? ¿No será que estamos más pendientes y dependientes de lo que HACEMOS que lo que SEREMOS con nuestra calidad de vida?
Al recorrer la Palabra de Dios podemos se puede saber a grandes rasgos, cuál es la voluntad de Dios para todos nosotros: