La Promoción Espiritual: Pasos Claves Para Tener Un Ministerio Poderoso
En Lucas 16:10-12 leemos:
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? “
Lucas 12:48 dice también:
“…porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.”
Estos pasajes nos enseñan un principio de vida para aplicarlo tanto en nuestra relación con Dios como en la vida cotidiana.
La vida es como una escalera donde podemos ascender o simplemente descender. Ir hacia arriba o hacia abajo dependerá de cuál sea nuestra actitud, pues Dios siempre mira lo que hay en el corazón.
1 Samuel 16:7 dice:
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
¿Por qué el pasaje dice que Jehová “mira el corazón”? Por supuesto esto se refiere a algo sobrenatural, pues esa capacidad le pertenece a Dios, y a menos que el Espíritu Santo lo revele, ningún ser humano puede conocer el corazón de otra persona.
La Biblia registro esta frase para mostrarnos algo poderoso, lo cual se explica en Mateo 15:18-19: “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale, y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.”
Dios mira el corazón pues es allí donde se refleja la calidad de vida de una persona, sus intenciones más ocultas. A simple vista la persona puede parecer buena o santa, pero quizás en su corazón haya maldad y pecado.
Para llegar a niveles altos espirituales en Dios y poder desarrollar un ministerio poderoso y bendito, debemos aprender ciertas actitudes.
La vida de Saulo de Tarso, luego el Apóstol Pablo, nos dará algunas claves para tener en cuenta cómo Dios promueve a alguien para que le sirva con poder y autoridad espiritual:
1. En Hechos 9:1-9 Pablo comienza relatando su increíble conversión a Cristo. El pasó de perseguidor de la Iglesia a ser perseguido por ser parte de la Iglesia de Cristo. Saulo era un hijo de Dios (Juan 1:12)
2. En Hechos 9:17 leemos lo siguiente: “Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.”
Ananías aquí lo llama “hermano”, dando a entender que el que perseguía a la Iglesia de Cristo, ahora había sido totalmente transformado y llegado a ser un verdadero hijo de Dios, parte de la familia del Reino celestial.
Ananías fue utilizado por Dios para ministrarle a Pablo. Éste no opuso resistencia, sino que reconoció la autoridad espiritual de este hermano mayor. Pablo se dejó ayudar sin entender totalmente lo que estaba pasando. Fue ministrado y alimentado por un hermano espiritual de más experiencia.
Saulo, es decir Pablo, era nuevo en el camino de la fe y necesitaba la ayuda de otros para afirmar sus primeros pasos espirituales.
¿Tenemos Nosotros la misma actitud de reconocer a algún hermano maduro espiritual que se acerca para ayudarnos? ¿Lo respetamos y lo vemos como alguien superior en madurez espiritual, lo cual lo califica para ayudarnos?
3. En Hechos 9:19 leemos: “Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.”
Ya Pedro estaba involucrado en la vida de la Iglesia: Era fiel a las actividades con su asistencia, seguramente era fiel en la obediencia, respetaba a sus autoridades espirituales, apoyaba la visión de los siervos de Dios del lugar donde estaba, etc.
Pedro estaba dando un paso hacia adelante en su fe, pues además de ser hermano en Cristo, él ahora era un fiel discípulo. ¿Puede comenzar a ver cómo Pablo estaba siendo promocionado, en un proceso, por Dios?