Publicado en Estudios / Crecimiento Espiritual / — Carlos / 2013-11-28 08:05:19 / 5258

La Bendición Ilimitada de Dios

(2: Continuación)

Debemos proceder con cuidado y con entendimiento espiritual en nuestro andar cristiano. Nosotros mismos podemos llegar a ser los destructores de la bendición que hemos recibido. Necesitamos aprender a ver las cosas con los ojos del Espíritu, tal como Dios las ve.

Cuando Elías estaba orando por una gran lluvia, y le informaron que se veía en el cielo una pequeña nube como de la palma de una mano, él supo interpretar el mover de Dios y no quedar confundido. Imagine usted lo insignificante que se vería en la inmensidad del cielo. Elías no dudo ni se quejó por lo que vio naturalmente sino que para él fue suficiente indicio para motivarse en fe y actuar creyendo que la gran lluvia estaba llegando (Lea 1 Reyes 18:41-46). Existe algo glorioso y sobrenatural de Dios con este concepto del aumento o incremento gradual, de comienzos pequeños. Isaías 60:22 dice “El pequeño vendrá a ser mil, el menor un pueblo fuerte”; Lucas 16:10 dice: “El que es fiel en lo muy poco,(es decir, menos que poco) también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto” A Dios no le asusta e intimida los tiempos de pequeñeces, ¡pero a nosotros sí!, es por eso que debemos pedir a Dios que sane nuestra visión y mente para poder ver e interpretar el lenguaje del mundo del Espíritu, el cual opera diametralmente opuesto al mundo natural.

Leímos en Job 8:7 “aunque tu principio haya sido pequeño” y al leer esta frase surge una pregunta inmediata: - Señor, ¿Cuánto duran los tiempos de principios pequeños? – En Génesis 1:1 leemos “en el principio creó Dios…” Note aquí que la palabra “principio” es la misma de Job 8:7 ¿Qué hizo Dios en el tiempo del principio?: Derramó su poder creativo. ¿Dónde creaba Dios? Génesis 1:2 dice que lo hacía sobre lo desordenado y vacío. Los tiempos de principios pequeños son tiempos en los cuales Dios trabaja en lo invisible para luego manifestarlo grandemente en lo visible. En la creación, Dios tomó lo desordenado y vacío y le dio forma y plenitud.

La creación fue un proceso no algo creado por arte de magia e instantáneo. Cuando estudiamos el libro de Génesis vemos que existe una relación entre los días 1 y 4; 2 y 5; 3 y 6. El primer día Dios creó la forma de la luz y las tinieblas, pero recién en el cuarto día les dio plenitud a las luces del día y la noche; en el segundo día creó la forma del mar y el cielo pero recién en el quinto día le dio plenitud con las criaturas del mar y aire; en el día tercero creo la forma de la tierra fértil pero recién en el día sexto le dio plenitud con las criaturas animales y el ser humano En el séptimo día, Dios descansó.

Estas dos palabras “forma y plenitud” nos enseñan claramente lo que Dios hizo al principio. Aquí aprendemos que todo tiempo de principios es un tiempo de “forma” donde todo es difícil, luchado, lento y pareciera que fuera pequeño para siempre, pero si entendemos como Dios trabaja y seguimos fieles creyendo en la fidelidad de Dios, veremos ante nuestros ojos como lo que es pequeño se aumentará e incrementará, Dios impartirá de Su plenitud.

2. Siempre habrá algo o alguien que intentará detenernos en el camino, para que no alcancemos lo muy grande o el incremento, aumento de Dios.
El enemigo conoce la Palabra de Dios, más que muchos cristianos, y él sabe que el creyente fiel en el tiempo de principios pequeños, será posteriormente bendecido grandemente, entonces hará lo imposible para que no sea aumentado sino reducido. El diablo siempre quiere que nos reduzcamos y no crezcamos. Deuteronomio 27:17 dice: “Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén” Dios llama maldito a todo aquel que intente reducir o achicar. La Biblia dice en Juan 10:10ª que el diablo es un ladrón que viene para hurtar, matar y destruir. Todas estas palabras se pueden resumir en dos palabras Reducir, achicar. El enemigo siempre, en el tiempo de pequeñeces, quiere frenar o abortar el proceso hacia el avance o incremento de Dios. Por eso nos ataca una y otra vez para que nos empequeñezcamos, reduzcamos. Su plan es desintegrarnos totalmente si fuera posible. ¿Qué podemos hacer? Deuteronomio 19:14 dice: “En la heredad que poseas en la tierra que Jehová tu Dios te da, no reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos”
Aquí hay una orden de Dios “No te reducirás sino que te aumentarás”. Estas palabras implican: a) Por un lado, defender lo que Dios me ha dado por más pequeño que parezca, no creyendo las mentiras del enemigo y resistiéndole en el Nombre de Jesús y b) por otro lado, extenderme en fe, creyendo que Dios va a darme lo más grande.

No se frustre con lo poco que usted tiene ahora, sino comience a hacer lo opuesto que hizo hasta ahora. No crea las mentiras del diablo, que le dicen que usted se va a reducir o achicar. Abra sus ojos espirituales y vea la realidad de fe de Dios, que le dice: ¡No te reducirás! Tome esta palabra por fe para su negocio, empresa, ministerio, economía, salud, etc. Empiece a darle gracias a Dios por lo poco que tiene, y declare su confianza en el Señor diciéndole: - Te agradezco Señor porque si fuiste fiel para darme lo pequeño, también serás fiel para darme lo muy grande. Tú lo dijiste, y lo creo. Perdóname Señor por quejarme por lo poco que he tenido hasta ahora, pensando que me habías fallado y no respondido a mi clamor. Ahora me doy cuenta que lo poco que tengo es Tu señal segura e indubitable de que lo más grande está en camino. Señor, no quiero perder lo poco que tengo. Por eso decido en este momento levantarme con fe y defenderlo de los ataques del maligno. En tu nombre, Jesús, declaro que soy más que vencedor. ¡Amen!

Parte 1 Parte 2

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