Publicado en Estudios / Crecimiento Espiritual / — Carlos / 2013-11-28 08:05:19 / 5259

La Bendición Ilimitada de Dios

Salmos 115:11-14
“Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; Él es vuestra ayuda y vuestro escudo. Jehová se acordó de nosotros, nos bendecirá; bendecirá a la casa de Israel; bendecirá a la casa de Aarón; bendecirá a los que temen a Jehová, a pequeños y grandes. Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; sobre vosotros y sobre vuestros hijos.”

El pasaje dice que Dios no sólo quiere revelarse a Su pueblo como Dios de bendición, sino que su intención también es revelarse o darse a conocer como el que aumenta o incrementa sus bendiciones sobre nuestras vidas. Una cosa es recibir bendición de Dios, otra diferente es el incremento o aumento de esa bendición. La llegada de la bendición de Dios en un área específica de nuestras vidas, no es el final sino el comienzo. Generalmente pensamos al hablar de “bendición” de algo que viene y “ya está”, pero la Biblia enseña mucho más.

Para poder comprender éste concepto podemos tomar el ejemplo de una semilla. Cuando la tenemos en la mano, ya tenemos la bendición, pero únicamente cuando la sembremos en la tierra, se transformará en su tiempo en una planta que da su fruto. Este proceso, semilla-planta-fruto, representa el aumento o el incremento de la bendición inicial recibida. Esto mismo es lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas hoy.

La mayoría de nosotros seguramente conocemos a alguien que en algún momento resultó bendecido por Dios, pero por un motivo u otro no logró conservar esa bendición ni hacer que se le incrementara o aumentara.

Dios en este tiempo quiere no sólo bendecirnos, sino también aumentar sus bendiciones sobre nosotros. Es por eso que necesitamos saber cómo éste proceso opera para no perdernos la bendición recibida ni desaprovechar la posibilidad de recibir el aumento o incremento del Señor.

Antes de continuar, es bueno destacar que las bendiciones son el privilegio de Dios para Su pueblo y que la obediencia al Señor es un requisito fundamental e indispensable para poder recibirlas, conservarlas y verlas aumentadas. En Deuteronomio 28:1 leemos “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Las palabras “guardar”, “poner por obra”, “oír la voz de Jehová” se resumen en una sola palabra: Obediencia.

Muy bien, veamos entonces la secuencia o dinámica espiritual de cómo se incrementan las bendiciones de Dios:

1. El incremento o aumento no es algo inmediato, de un día para el otro, sino un proceso gradual.
Job 8:5-7 dice: “Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al todopoderoso, si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti; y hará prosperar la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande”

Este punto es muy importante poder comprenderlo, pues ha confundido a más de un creyente sincero. Muchas veces clamamos a Dios por una bendición y nos imaginamos que llegará algo “grande” cuando recibimos, en cambio, algo pequeño e insignificante ante nuestros ojos. Estábamos, por ejemplo, enfermos todos los días de la semana, y luego de orar sólo comenzamos a sentirnos bien dos días a la semana; estábamos en problemas económicos, y luego de orar sólo recibimos en el trabajo un aumento insignificante. Situaciones como éstas nos confunden y nos hace sentir como que Dios estuviera jugando con nosotros. ¿Le ha pasado alguna vez? Si no comprendemos este punto, podemos llegar a frustrarnos espiritualmente y perder nuestra fe y confianza en el Señor.

Cuando uno clama a Dios por su bendición y comienza a recibir “lo poco” o algo pequeño, entienda que Dios empezó a obrar con el proceso del incremento gradual, que opera poco a poco en su vida. No es que usted ya recibió todo lo que iba a recibir, sino que ha sido sólo un adelanto del total por venir. Con el paso del tiempo todo irá creciendo gradualmente. Por eso, es de vital importancia asegurarse que lo poco que uno ha recibido ha provenido del Señor y ha sido sostenido por nuestra vida de obediencia.

¿Cómo saber con seguridad que el Señor le ha provisto y desea aún aumentar su bendición sobre su vida? Si sus comienzos fueron o son pequeños. Esta es la matemática del Espíritu, incomprensible por cierto para la mente natural, donde lo pequeño inicial garantiza la llegada posterior de lo muy grande. Para ser sinceros debemos decir que todos queremos recibir sólo “lo grande”, “lo macro”, “lo súper”, “lo mega” y no nos interesa recibir lo pequeño de parte de Dios. Debemos tener cuidado de no ser como aquellos, como dice Zacarías 4:10, que menosprecian el día de las pequeñeces. Los que menosprecian o se rebelan contra los tiempos de pequeñeces de parte de Dios, no sólo se les esfumará de las manos la bendición de Dios sino que tampoco podrán verla incrementada o aumentada en sus vidas. ¡Ayúdanos Señor a comprender tu dinámica espiritual!

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