Publicado en Estudios / Crecimiento Espiritual / — Carlos / 2014-08-10 21:14:23 / 8557

El Silencio de Dios

(3: Continuación)

4. Marta y María, hermanas de Lázaro

En Juan Capitulo 11 encontramos el relato de la enfermedad, muerte y resurrección de Lázaro, el amigo de Jesús. Todo el relato, al leerlo detallado, tiene una secuencia “extraña” en el comportamiento de Jesús, aparentemente por cierto, aunque siempre Dios opera con propósito y no hace nunca nada al azar. El v.6 dice: “Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba”. Todos hubiéramos imaginado a Jesús salir corriendo para solucionar el problema de Marta y María, pero no, a propósito y con propósito se detuvo e hizo silencio. Cuando lo vio Marta “le dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (v.21); cuando María lo vio le dijo también: “Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Ya sabemos que posteriormente Jesús glorificaría su nombre al resucitar a Lázaro, para demostrar que Él es la resurrección y la vida y que el que cree en él, aunque este muerto, vivirá (v.24), pero en este episodio ¿Para que sirvió el tiempo de silencio del Señor y la aparente demora en su obrar? Para probar el corazón Marta y María y también para demostrar que él nunca llega tarde, que Él siempre tiene todo bajo control pues es el Señor.

¿En medio de este tiempo de silencio se ha dado cuenta lo que realmente hay en su corazón, que antes no lo sabía, pero que necesita ser cambiado?

Por lo que hemos visto podemos decir que los tiempos de silencio Dios los utiliza:

1. Para que aprendamos que el obrar de Dios siempre viene precedido de tiempos de silencio, muchas veces de silencio prolongado.

2. Para que nos demos cuenta de aquellas cosas que tienen que ser cambiadas de nuestro corazón, que no le glorifican y frenan su obrar.

3. Para que nos demos cuenta que tenemos apresuramiento y que solo nos interesa la bendición en vez de aprender la lección espiritual antes de recibir Su bendición.

4. Para que nos demos cuenta si tenemos fe genuina, perdurable y estable.

5. Para que nos demos cuenta si realmente creemos que Dios está en control de todo lo que nos pasa, a pesar de los tiempos difíciles que estamos atravesando.

Oh, hermanos, pidamos Gracia al Señor para que podamos aprender la lección que El considere necesaria en este tiempo difícil de espera silenciosa. Que la Palabra que hemos recibido sea una fuente motivadora, del Espíritu Santo, para dejar a Dios trabajar en medio del silencio que estamos experimentando, para que no caigamos en el apresuramiento y otras cosas que nos llevaran a errar el blanco de la voluntad de Dios para nuestras vidas. Nunca olvidemos que los tiempos de silencio Dios los permite para poner de manifiesto lo que hay en nuestro corazón y revelar nuestras intenciones más profundas, para que sean corregidas de acuerdo a los principios de Su Palabra, a fin de recibir, como consecuencia, la bendición que estamos esperando y Él nos ha prometido.

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