Edificando Para la Gloria de Dios
(3: Continuación)
3) Para edificar para la gloria de Dios debemos permitir que el fuego de la prueba pase y deje solo en pie lo que sea de Dios
1 Corintios 3:13-15 dice: “la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cual sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida…”
El fuego consume, derrite, purifica y deja lo que resistió su llama ardiente. Cuando viene el fuego de Dios para probar los materiales de la edificación muchos bajan los brazos y detienen la edificación. El fuego de la prueba es algo necesario para que Dios filtre lo santo de lo humano; lo carnal de lo espiritual, lo que trae gloria a Su Nombre o lo que quiere traer gloria humana. ¡Así que no tema si se reduce su negocio, trabajo, ministerio! Si pasó el fuego de la prueba y quedó con menos, lo que ha quedado tiene verdadero peso espiritual a los ojos de Dios y lo que se quemó y desapareció era algo que no traía gloria para Dios.
4) Edificar para la gloria de Dios lleva su tiempo
Proverbios 20:21 dice: “Los bienes que se adquieren de prisa al principio no serán al final bendecidos”. La Biblia no dice que es un pecado adquirir algo de prisa, lo que enfatiza es que es peligroso cuando lo hacemos al principio de nuestro edificación. Cuando uno está en el comienzo o al principio de una edificación debe cuidarse más que nunca porque un error puede pagarse caro después. El éxito rápido a muchos les hace subir el orgullo y la soberbia oculta que tenían. Es por eso que Dios hace pasar su fuego, para quemar todo lo impuro y quede en nosotros un corazón vacío de gloria humana y lleno de la gloria de Dios. Hebreos 6:12 también nos habla que para heredar las promesas de Dios debemos ser “imitadores de aquellos que por la fe, y la paciencia heredan las promesas”.
Note que entre la fe (acción) y la posesión de las promesas de Dios está la palabra que a muchos de nosotros no nos gusta: Paciencia, es decir tiempo de espera. Si queremos edificar para la gloria de Dios debemos aprender a esperar, pues si nos apuramos podemos edificar otra torre de Babel que no glorifique a Dios.
5) Edificar para la gloria de Dios trae también sus luchas
En el libro de Nehemías encontramos un caudal de enseñanza muy importante sobre como edificar para la gloria de Dios. En el pasaje de 4:1 leemos “Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos”.
La figura de Sanbalat representa para nosotros hoy al enemigo de la edificación, el diablo. El se enoja y enfurece cuando se entera que alguien quiere edificar para la gloria de Dios. Si queremos edificar para gloria del Señor tendremos que pelear contra el enemigo pues el hará todo lo posible para que usted no edifique. ¿Por qué se opone el diablo a que edifiquemos? El v.2 dice “¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? El diablo sabe que si el cristiano edifica volverá a ofrecerle al Señor un sacrificio de gratitud y alabanza, dándole toda la gloria a Él. Por eso es que el diablo se opone tenazmente a todo lo que intentamos edificar.
Luego el pasaje de 4:3 dice la segunda lucha que tendremos que enfrentar al edificar: “una zorra lo derribará” ¿Por qué el diablo mencionó a las zorras en el proceso de edificar? Cantar de los Cantares 2:15 dice que “las zorras pequeñas echan a perder las viñas” y Proverbios 25:28 dice: “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”. Las zorras son aquellas cosas de nuestras vidas que no están bajo el señorío de Cristo y que impiden que manifestemos el fruto del Espíritu en nuestras vidas. Cuando las “zorras” de nuestras vidas se meten en la edificación hace que “nuestra ciudad” sea derribada.
¿Entiende la relación de estas figuras con el proceso de edificación? La frase “espíritu sin rienda” es aquel que tiene un carácter no controlado por el Espíritu Santo. Nosotros somos un gran problema para edificar para la gloria de Dios pues anhelamos reconocimiento, gloria de hombres, etc en vez de la gloria de Dios. Pablo le dijo a Timoteo “ten cuidado de ti mismo y de la doctrina”. ¿Por qué le dijo primero que se cuidase de si mismo? Porque dones y ministerio (doctrina) sin el fruto del Espíritu no trae gloria a Dios sino gratificación personal y humana. ¡El Señor nos guarde de esto!
Generalmente en todo le echamos la culpa al diablo, cuando muchas veces son cosas originados por nuestra falta de carácter espiritual, por tener un espíritu sin rienda. Debemos cuidarnos de las zorras pequeñas pues ellas pueden destruir lo que edifiquemos.
6) Edificar para la gloria de Dios requiere perseverancia
Generalmente cuando las luchas y problemas vienen, tenemos la tendencia a bajar los brazos y detener al edificación sin darnos cuenta que eso generalmente nos pasa por hacer precisamente la voluntad de Dios. Muchas veces estar en el centro de la voluntad de Dios puede requerir que atravesemos momentos difíciles para formarnos y entrenarnos en paciencia y perseverancia. Por eso el 4:6 dice: “edificamos pues…”, es decir, - “con todos los problemas y luchas que tenemos, seguimos hacia adelante edificando para la gloria del Señor” -. Al diablo le encantan los cristianos que dejan las “edificaciones” a medio terminar porque de esa manera Dios no es glorificado. Por eso es que nosotros debemos ser entrenados para desarrollar paciencia y perseverancia, que son las claves del éxito en la vida.