Dios Nos Hace Habitar en Familia
Hay creyentes que por alguna razón viven solos. Puede que hayan perdido un ser querido con el que convivían, o porque son adultos solteros que eligieron vivir solos, o porque enviudaron, o porque han quedado sin familia, lo cierto es que viven sin ninguna compañia.
No todas las personas creyentes se adaptan a vivir en soledad, cuando esto no ocurre, comienzan a ser invadidos por sentimientos de soledad que les hace pensar que han quedados aislados de la sociedad o que han sido rechazados y abandonados. Aún hay creyentes que viven acompañados pero se sienten solos.
Hoy hay una Buena Noticia para los que viven en soledad, la Escritura dice que “Dios hace habitar en familia a los desamparados”. Dios nunca a dejado de amarnos, y además nos conoce íntima y personalmente como nadie nos conoce. La forma en que Dios nos muestra que quiere ayudarnos a descubrir que Él se deleita en hacernos convivir en familia, es por medio del compañerismo y la “koininia” que tenemos los unos con los otros en la Iglesia.
En Hebreos 11, nos encontramos con una larga lista de nombres de personas que Dios conoció personalmente, y que se mencionan como ejemplo de haber alcanzado las promesas de Dios por medio de la fe. Esto nos ayuda a conocer que Dios recuerda y cuida a cada uno de los hijos e hijas, y que nos llama por nuestros propios nombres.
Además, que todas las promesas que Él nos ha hecho, siempre las cumple. También debemos aprender que Dios cumple sus propósitos aún sobre personas imperfectas y que han caído en infidelidad con Él. Podemos recordar nombres como Jacob, el “engañador”, Sansón, el “libertino”, Rahab, la “ramera”, Pedro, el “cobarde”; todos ellos lucharon en la soledad con sus propias debilidades, y siempre Dios estuvo al lado de ellos, a ninguno abandonó, es más, encontramos alguno de ellos en la lista de los “héroes” de la fe.
Estimado varon y mujer de Dios: El Señor nos tiene a cada uno de nosotros en su mente, así como los padres cristianos tenemos en nuestro corazón a cada uno de nuestros hijos. Dios no sólo nos recuerda a cada uno de una manera específica y personal, sino que sabe el número exacto de los cabellos que hay en nuestra cabeza (Mateo 10:30).
Es que Dios nos conoce de manera personal e individual, y siempre busca nuestra compañia, Él nos espera cada día para tener un momento a solas con cada uno de nosotros, pero si nosostros lo evitamos a Él, nunca buscará forzarnos, pero permanecerá silencioso junto a nosostros. Aún cuando usted sea invadido por un sentimiento de soledad, y crea que está aislado de quienes le rodean, el Señor le sigue recordando que: “siempre estaré contigo, no te dejaré ni te desampararé”.