Publicado en Artículos/Estudios / Reflexiones/Crecimiento Espiritual / — Carlos / 2013-11-28 15:17:17 / 5324

¿De Qué Manera Invierte Su Vida?

(2: Continuación)

Llamados a multiplicar los talentos

El centro del asunto es: ¿Cómo invertimos esos talentos?. Muchos cristianos que tienen formación profesional o capacitación empírica, desperdician toda su potencialidad y se limitan únicamente a ir al templo. ¿Imagina cuánto podrían servir esas vidas en manos del Señor? Un médico, una enfermera, un trabajador de la construcción, un plomero...en  fin, muchas personas que podrían sumarse a brigadas sociales, y a través de esas jornadas aprovechar la ocasión para predicar. A partir de sus aptitudes y habilidades, hay sinnúmero de ideas que pueden surgir y que podríamos aprovechar para que la Palabra de Dios sea predicada.

Sin embargo, en la vida hallaremos a quienes multiplican los dones, y quienes asumen una actitud indiferente. “Y el que había recibido cinco, ganó también otros cinco. Pero el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en tierra, y escondió el dinero de su señor” (versículos del 18 al 20).

Tarde o temprano rendiremos cuentas

Es inevitable que rindamos cuentas al Señor respecto a cómo utilizamos nuestra mayordomía. “Después de mucho tiempo vino el señor  de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos” (Versículo 19).

Pienso en pastores, líderes y cristianos  que se conformaron con vivir a Cristo amparados en las cuatro paredes del templo. Jamás salieron a evangelizar. Siempre esperaron que las almas llegaran a la congregación. Nunca salieron a la calle en búsqueda de esas vidas que se pierden sin la salvación eterna. En cierta manera las personas condenadas a la perdición eterna, son nuestra responsabilidad.

Imagine por un instante que está disfrutando del paraíso. Todo a su alrededor es hermoso. Sin embargo, algo rompe la tranquilidad. Son miles de seres que gritan desperados en el infierno. Y usted reconoce que pudo haber salvado decenas, con solo compartirles el evangelio. No tenía tempo. Su argumento era que siempre estaba ocupado. Y por su culpa, las almas se perdieron...

Fiel en lo poco, fiel en lo mucho

Hay algo más que le invito a examinar. Dios tiene una recompensa para su pueblo. Lo que usted hace por la propagación del evangelio, tendrá su reconocimiento divino. A quienes habían multiplicado sus talentos les dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor” (versículo 23). El apóstol Pablo escribió también: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).

Conozco personas que aspiran, de la noche a la mañana, ir a predicar a las naciones, pero jamás se animan ni siquiera a distribuir un tratado o folleto evangelístico. O quienes desean ser pastores de iglesias prósperas donde la congregación sea enorme, pero no son capaces de salir a evangelizar en las calles.

Dios permita que hoy comience a pensar honestamente: ¿Cómo está invirtiendo sus talentos? No deje que sus capacidades sigan dormidas,  mientras miles de personas se pierde en la eternidad sin Cristo.

Parte 1 Parte 2

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