¿Cómo Vencer la Tentación?
El asunto era fácil. Sólo bastaba colocar una firma. Unas pocas letras autorizando la transacción. Algo sencillo, pensó. Pero lo que más le atraía: ganaría una buena cantidad de dinero. Un viaje a San Andrés, o Cancún o Viña del Mar. ¡Tanto tiempo sin darse unas merecidas vacaciones en familia! Revisó nuevamente el documento. Ahora, la otra cara de la moneda: aquella operación financiera sería un fraude.
Por su mente pasaron infinidad de pensamientos. En tan solo unos segundos recordó quién era: diácono en su congregación, docente del instituto bíblico, cumplidor de sus compromisos como cristiano. Honestidad, esa había sido la palabra que caracterizaba su desempeño profesional. Pero estaba cansado de siempre ganar lo mismo. Un salario escaso, necesidades que se acumulaban, aspiraciones que como jefe de bodega jamás podría colmar...Y aquella transacción en su empresa le abría las puertas para superar la crisis. “Es robo, pero me ayudará en las actuales circunstancias” meditó.
Todo estaba dispuesto para que el fraude no se descubriera con rapidez. Y lo hizo...Su firma autorizó un despacho de mercancías por valor millonario...Lo que jamás imaginó es que, pocos días después, cuando menos lo esperaba, el desfalco salió a la luz.
El escándalo: a la cárcel, sus amigos avergonzados, la congregación de la que era líder, sorprendida. No sabían qué pensar o decir. “Un cristiano como Ronaldo, con su trayectoria como cristiano ¿Cómo pudo caer así, tan fácil?”.
La tentación tiene muchas formas, presentaciones y consecuencias. Y han cedido a la tentación desde líderes religiosos hasta cristianos que recién comienzan su crecimiento espiritual. Unos han caído en adulterio, otros en robo, hay quienes resbalaron en inmoralidad en cualquiera de sus manifestaciones y otros, se dejaron vencer por raptos de violencia...
¿Es posible vencer la tentación?
Esta pregunta es una de las más frecuentes entre cristianos sinceros que desean agradar a Dios. Para avanzar en el tema podemos decir inicialmente que la tentación es la antesala del pecado y que todos en general la enfrentamos.
Un segundo elemento que debemos definir es el origen. La tentación proviene de dos fuentes: la primera, de Satanás. Pablo aconseja: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Las escrituras lo definen como el enemigo, el tentador y el acusador.
Esta situación la vemos tipificada en os cuarenta días que pasó nuestro amado Señor Jesucristo en el desierto. Lucas 4:1-13 describe el hecho. En particular el versículo 3 señala que “Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan” ¿De dónde vino la situación aquí? De Satanás.
Una segunda fuente de tentación es la propia naturaleza pecaminosa del ser humano. El apóstol Santiago lo define así:”Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios. Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” (Santiago 1:13, 14).