CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL
(8: Continuación)
Abuso físico:
Los casos de abuso físico están tan difundidos que los profesionales que atienden la salud, en cada caso están obligados a reportarlos a las autoridades. Este tipo de abuso puede producir daño en cualquier parte del cuerpo, dependiendo de la severidad del caso.
Abuso emocional:
Puede aparecer en niños que son emocional y físicamente diferentes de otros niños, o que están increíblemente temerosos de sus padres. Las víctimas de este tipo de abusos pueden llorar en los momentos más inapropiados, o volverse excesivamente miedosos, agresivos, destructivos, depresivos, pasivos o solitarios. El niño puede tener problemas intratables de aprendizaje o puede ser habitualmente holgazán. Otros signos pueden ser una renuencia a volver a la casa, fatiga constante, pérdida de apetito, negativa a comer o también obesidad.
Abuso sexual:
Es difícil de identificar. Estas víctimas de explotación sexual, molestia e incesto, normalmente se sienten desamparados y culpables para revelar su problema.
Se estima que uno de cada cuatro o cinco niñas y uno de cada nueve o diez niños son molestados sexualmente antes de llegar a los 18 años.
En casi el 98% de los casos conocidos, el niño es sometido al abuso en el hogar por padrastros o madrastras, parientes cercanos, amigos de la familia o vecinos. En el 77% de los casos se trata de los mismos padres.
Los abusadores sexuales provienen de todas las capas socio-económicas y tanto como el 75% de ellos fueron sexualmente víctimas cuando niños.
Aparte de sus inclinaciones sexuales, la mayoría de los abusadores llevan una vida respetable y son a menudo considerados como pilares dentro de su comunidad.
Los niños que han sido maltratados sexualmente, con frecuencia guardan esto en secreto. Están temerosos de que nadie les crea, o amenazados de que aquellos a quienes aman sean perjudicados o aún asesinados.
Todo comportamiento sexual se aprende. Los niños observan y luego lo experimentan. Un comportamiento inusual y repentino de parte de un niño, debe ser motivo de investigación rápida. La causa puede ser un atropello sexual.
Algunos abusadores amenazan a los niños a que les complazcan. Otros mañosamente los persuaden para que acepten la culpabilidad.
La Biblia prohíbe tales prácticas en Levítico 18:6. "Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna para descubrir su desnudez”.
Abandono:
La negligencia y el abandono de los padres a los niños puede detectarse por un inadecuado tratamiento de heridas, frecuentes enfermedades, inapropiada vestimenta, falta de aseo, constantes expresiones de hambre, y falta de vigilancia paterna.
Abuso:
El abuso de niños es algo aberrante que debe ser rechazado. Esto es emocionalmente, sicológicamente, mentalmente y espiritualmente destructivo.
El espíritu de un niño es herido a través del abuso. Los niños maltratados requieren consejo y ministración con el fin de que ellos reciban una sanidad de espíritu y de alma.
Jesús usó a los niños como un ejemplo de cómo podríamos vivir la vida cristiana. "En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe" (Mateo 18: 1-5).
Además, hemos sido advertidos en cuanto a la seriedad de nuestra responsabilidad concerniente al cuidado de nuestros hijos. "Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en m í, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar" (Mateo 1.8:6).
Los casos conocidos de abusos de niños, como creyentes debemos reportarlos a las autoridades locales y a las Agencias de Servicio Social para la atención y seguimiento necesarios.